Este Blog funciona como apoyo de las distintas clases de Comunicación, Cultura y Sociedad del 5º año del colegio secundario. Acá se encontraran videos, notas, enlaces y cualquier elemento multimedia que sirva para trabajar los distintos temas tratados en clase.

jueves, 7 de julio de 2016

Violencia de género, femicidios y medios de comunicación

En esta entrada se conjugan una serie de notas periodísticas y de opinión publicadas entre 2014 y 2015. Las notas periodísticas pertenecen al Diario Clarín, mientras que las de opinión son de distintos medios digitales.  En todas ellas la temática central es el femicidio y la violencia de género, aunque en algunas no lo parezca.


Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria
Melina es la mayor de cuatro hermanos. Su papá, ex policía, tiene poco contacto con ellos.
Selfie. La publicó la adolescente en uno de sus perfiles de Facebook.
Clarín
13/09/14
La vida de Melina Romero, de 17 años, no tiene rumbo. Hija de padres separados, dejó de estudiar hace dos años y desde entonces nunca trabajó. Según sus amigos, suele pasarse la mayoría del tiempo en la calle con chicas de su edad o yendo a bailar, tanto al turno matiné como a la noche, con amigos más grandes. En su casa nadie controló jamás sus horarios y más de una vez se peleó con su mamá y desapareció unos días.
La chica es la mayor de cuatro hermanos: Gustavo, Facundo (mellizos, de 16 años) y Alejandro, de 14. Todos se criaron solos con su mamá, Ana María, que es enferma de diabetes y también sufre de presión alta. La mujer es podóloga, pero trabaja muy poco por sus problemas de salud.
El padre de los chicos, Rubén Romero, es un ex policía de la Bonarense que casi no tiene contacto con sus hijos. “Desde que mi hermana desapareció, hace más de 20 días, con mi papá nos comunicamos dos veces por teléfono. Hoy lo llamé al celular para hablar pero me dio apagado”, le explicó a Clarín Gustavo, uno de los hermanos de Melina.
La familia vive en una casa muy humilde ubicada en medio de otras muy ostentosas, en el barrio Ciudad Jardín, en El Palomar, partido de Tres de Febrero.
Melina estudió hasta segundo año en la Escuela Técnica N° 2 de Martín Coronado, que abandonó hace unos años. Hasta su desaparición, se levantaba todos los días al mediodía y luego se juntaba con sus amigos en la plaza de Martín Coronado, que está sobre avenida Perón, a metros de la estación de trenes. Ahí se quedaba hasta la madrugada con chicos de su edad.
“Mi hermana dejó de estudiar para descansar y dedicarse a la vagancia”, le dijo ayer a Clarín su hermano Alejandro.
La chica mide 1,72 metro, usa el cabello corto y se hizo cuatropiercings: dos aritos en la nariz, uno en la lengua y otro arriba del labio superior. En el omóplato derecho se tatuó un corazón con el nombre de sus padres. A “Meli”, como la llaman sus amigas, le gustan muchos las redes sociales y tiene cinco perfiles de Facebook.
“Yo choco mucho con mi hermana porque no te cuenta nada. Le pregunto dónde va o con quién sale y se enoja. Pero yo lo hago porque me preocupo. Nunca te dice en qué anda”, resaltó Gustavo.
El día en que desapareció, Melina estuvo en la plaza de Martín Coronado con sus amigos. “Me dijo que era su cumpleaños y me invitó a ir a bailar a la noche con unos pibes que yo no conocía. Pero como el boliche es horrible, yo dije que no quería ir. Entonces se fue sola”, recordó Agustina, una de las amigas de la adolescente.
La chica también contó que solía ir a bailar a la matiné con Melina pero que luego ella se iba a la casa y “Meli” iba a otra disco a la noche (donde era tarjetera, para no pagar) y se quedaba hasta la madrugada. “Cuando se peleaba con su mamá se iba de la casa.
El mes pasado se fue tres días y después volvió. Ella también se junta con otros chicos que son más grandes, pero no del grupo de la plaza”, dijo Agustina.
Ayer a las seis de la tarde, unos 15 amigos de Melina (entre ellos estaba Alejandro, el hermano menor) cortaron Perón para pedir justicia y generaron un gran caos vehicular. Usando un balde como bombo, exigían que la Policía la encuentre pronto.
http://www.clarin.com/policiales/fanatica-boliches-abandono-secundaria_0_1211279038.html

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Los horrores invisibles

Clarín
04/01/15
Por Marcelo A. Moreno

El año arrancó con espanto. La noticia dominante de sus primeros días fue el asesinato de Lola Chomnalez, de luminosos 15 años, en una playa perdida de Uruguay. El o los monstruos que cometieron esta atrocidad son, para peor, demasiado humanos. Como suele suceder, desde Grecia, con la tragedia, los dioses parecen sumarle al horror, ironía. En unas de las fotos que se difundieron de la adolescente se ve su figura angélica con una remera en la que se puede leer: “Love not dead”.
La conmoción borró una noticia al menos inquietante: con la liberación del último detenido –un menor– ya no quedan apresados por el crimen de Melina Romero, la adolescente de 17 años cuyo cuerpo fue hallado en un arroyo de José León Suárez. Los sospechosos están libres y, si bien la investigación todavía sigue, todo parece indicar que el camino de la impunidad también está libre de obstáculos.
El principal testimonio que llevó a las detenciones fue el de Melody, una amiga de Melina que, según contó, participó de una orgía con alcohol y drogas en la cual tres hombres y un menor habrían violado por turnos a una Melina completamente intoxicada. Y en el descontrol, la mataron.
En un reportaje que dio a la televisión, a distancia del entrevistador, Melody aseguró que esa noche ella “estaba en las nubes”. Quizá por eso su testimonio quedó desacreditado. Por eso, y por las contradicciones en las que cayó en distintas versiones que proporcionó de los hechos.
Un segmento de la realidad del desamparo exhibe esa nota. Como en “Policías en acción”, aparecen en la tele personas que no brillan por su glamour o por sus escándalos de cartón pintado sino que muestran la desolación en la que sobreviven.
Es el violento mundo de la pobreza, un universo sin ley en el que las relaciones aparecen signadas por el atropello y la brutalidad.
Impresiona la gélida indiferencia con que Melody cuenta su versión de los hechos. Que una adolescente fuera a “enfiestarse” con varios tipos y que ella la acompañara, que todos se drogaran y se tomaran hasta el agua de los floreros, ella lo relata casi sin emoción: la orgía y el desenfreno aparecen naturalizados.
Lo que quiere decir que en ese mundo, que no suele figurar en los medios salvo, justamente, en las secciones policiales, el exceso y el abuso son norma y “normales”.
Melina Romero, una chica pobre, clásica “ni ni” –ni trabaja ni estudiaba– pertenecía a esa geografía oculta. Era parte del aproximadamente treinta por ciento de la población argentina que habita ese mundo, sin ley y sin esperanza. Y que sólo asoma a los titulares cuando el horror lo impone.
El crimen de Candela Sol Rodríguez –que era un solcito de 11 años– nos anotició sobre la existencia de bandas mixtas de policías y delincuentes que los políticos se empeñan en no vislumbrar. Aunque quedan dos detenidos, su crimen está impune. Y, como el de Melina, va camino hacia la nada. Sus asesinatos terminarán borrados, como esas vidas que no queremos ver.
http://www.clarin.com/sociedad/Lola-Melina-espanto-horrores_0_1279072126.html

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Mumi y Lola, diferentes y semejantes

Clarín
03/01/15
Esteban Mikkelsen Jensen

Angeles "Mumi" Rawson (16) y Lola Luna Chomnalez (15) eran diferentes, brillaban con luz propia, pero tenían muchos puntos en común. Porteñas y adolescentes, con gran cantidad de amistades, apegadas a sus familias, contagiaban sus ganas de vivir. Se expresaban sin filtro en las redes sociales. Y ambas terminaron siendo víctimas de la brutalidad, de un final incomprensible.
Los dos casos sacudieron a la opinión pública. El de Lola trascendió las fronteras, porque sucedió en Uruguay. Las señales de noticias, en su afán a veces exagerado e irresponsable, pero imperioso por llenar las interminables horas de aire, dieron mil y una versiones. La mayoría se diluyó.
La necesidad de la gente de buscar un culpable encontró rápido eco en el esposo del madrino de Lola, como sucedió en un primer momento con el padrastro de "Mumi", Sergio Opatowski. Este último, sólo por sus extrañas declaraciones ante los medios, quedó señalado en la sospecha colectiva, aunque los investigadores también apuntaron en principio contra él. Sólo un giro inesperado, como la aparición del portero Jorge Mangeri autoincriminándose, lo salvó de exacerbar el morbo de los consumidores de noticias, de los constructores de teorías homicidas.
Ahora ocurre lo mismo con el pastelero Hernán Tuzinkevich. Estuvo detenido unas horas en el Juzgado de Rocha, Uruguay. Su mujer, madrina de Lola, quedó también bajo sospecha. Los dos por las contradicciones en sus relatos. ¿Y si no tienen nada que ver? ¿Cómo se sacan el sayo que les colgaron? ¿Será con el tiempo que se correrá el velo de la verdad, o terminará ganando la impunidad?
http://www.clarin.com/policiales/lola-crimen-uruguay-adolescente-valizas-angeles_0_1278472239.html

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Femicidio
Basura

Revista Anfibia
Por Gabriela Cabezón Cámara

Araceli Ramos, Serena Rodríguez, Noelia Akrap, Ángeles Rawson, Melina Romero, Daiana García. Tiradas a la basura, al costado de la ruta, en un descampado. Usan shorts, tienen novios, salen de noche. Las construyen poco a poco, como si fueran culpables, dice la escritora y periodista Gabriela Cabezón Cámara.
Tiradas a la basura, desgarradas, en pelotas: en la montaña asquerosa, un cuerpo como una cosa, como una cosa ya rota y que no sirve para nada, los restos del predador, la carne que le sobró de su festín asesino. Horas antes o después a la chica la buscaron la familia, los amigos, al final la policía y casi siempre la encuentra el que hace de la basura su trabajo cotidiano: un cartonero, el chofer de un camión recolector, alguien que anda por ahí. Después viene la ambulancia, le cambia la bolsa a blanca, se la llevan a la morgue y un auto lleva a los padres a ver si la chica es suya. Afuera espera la prensa: las cámaras y micrófonos buscando mostrarle al mundo el dolor más lacerante, la frase más torturada, la cara más arrugada por la angustia que la arrasa.

Tiradas a la basura en la bolsa de consorcio: igual que se tira un forro, la cáscara del zapallo, los papeles que no sirven y los huesos del asado entre tantas otras cosas. Tiradas como si nada, como objetos de consumo que ya fueron consumidos. Agarrarlas, asustarlas, verlas rogar, desnudarlas, humillarlas, violarlas, después matarlas, meterlas en una bolsa, tirarlas a la montaña de restos de la ciudad. Ya terminó el predador. Seguirán la policía, los abogados, los jueces y las cámaras de TV: sigue la carnicería en una especie de show que explica los femicidios.



Si la chica usaba short. Si tenía más de un novio. Si puso fotos en Facebook con boquita pecadora. Si salía mucho de noche. Si volvía a la mañana y tenía olor a whisky. Si estudiaba o no estudiaba. Si trabajaba de día o repartía tarjetas en la puerta de un boliche. Si era virgen. Si le gustaba enfiestarse. Si fumaba marihuana o sólo tomaba agua. Si tenía buenas notas o había repetido de año. Lo que dicen los amigos. Lo que piensan los vecinos. Lo que recomienda el cura que dirige la parroquia. Lo que supone un psiquiatra que va a la televisión. Lo que dice el movilero. Lo que supone la prensa. La idea que todos dicen sin terminar de decir: si la chica usaba mini y le gustaba bailar y si llevaba adelante su propia vida sexual según lo que le gustaba, era una trola y las trolas se la buscan y la encuentran.

La construyen poco a poco como si fuera culpable: digamé, comunicador y digan sus audiovidentes, si una mujer joven tiene más de un novio o, peor, ninguno, y vuelve en pedo a las seis y salió en vestido corto, ¿Se está buscando la muerte? ¿Piensa que se la merece? ¿Usted cree que debería volver antes de las doce? ¿Vestirse con una burka e ir a misa los domingos? ¿Usted quiere que le pida permiso a algún buen señor para salir cuando quiere? ¿Que deje de salir sola? ¿Que piense lo que se pone porque si a un hijo de puta le parece algo indecente por ahí la hace pelota? Le pregunto más cortito: ¿Piensa que una chica es propiedad de algún muchacho y que si no tiene dueño pueden matarla tranquilos? ¿De verdad se siente bien eligiendo como elige la foto más provocativa para decir sin decir “la piba era una atorranta”, “los padres no la cuidaban”, “su vida no tenía rumbo”? Empieza una denigración, algo que está en la cultura, no digo que lo inventa usted, pero podría revisar la máquina de prejuicios que le salta cuando habla y cuando hablan los demás.

Entre otras cosas se nota la puntuación del mercado: hay cuerpos que valen más y hay cuerpos que valen menos. Casta, rica y estudiosa vale más que pobre y trola pero todas valen menos que el cuerpo del matador que es la manifestación extrema de este estado de las cosas: buena parte del planeta cree, a veces sin saberlo, que cosas somos nosotras. Pobres cosas, poca cosa, algo que se usa y se tira, nada de bienes suntuarios, muñecas que se descartan como globos ya pinchados. Es como canibalismo. Es una bestialidad. Piensen un poco, señores, piensen también las señoras y sientan un poco más: somos sus madres, sus hijas, sus hermanas, sus esposas, sus amigas, sus amantes, sus novias.

Somos más de la mitad del mundo que hacemos juntos. No insumos a descartar.

http://www.revistaanfibia.com/ensayo/basura/#sthash.S14h7x21.dpuf
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/basura/

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Caso Melina Romero: Al periodismo le falta periodismo


Notas: Periodismo popular17-09-2014

El femicidio de Melina Romero irrumpió en la agenda mediática y junto con él las barbaridades del periodismo morboso y machista.
“Una fanática de los boliches, que abandonó la secundaria”. Así tituló el diario Clarín un perfil de Melina Romero, de 17 años, publicado el 13 de septiembre pasado. En las redes sociales, en organizaciones políticas, sociales y feministas, y articulaciones de periodistas con perspectiva de género, el rechazo y repudio fue casi inmediato.
Falta periodismo
Se podría afirmar que cada vez que muere una mujer, muere un poco más el periodismo. Al menos el viejo. Se expone, irrumpe con toda su morbosidad y deshumanización y es, al mismo tiempo y de a poco, cada vez más rechazado.
El artículo de Clarín (publicado sin firma) es un claro ejemplo.
En cualquier manual de periodismo describirían a un perfil como algo similar a “dibujar a una persona con palabras”. En este tipo de artículos se propone realzar algunas características de la persona a retratar para construir un relato casi literario, descriptivo pero cargado de información, con un determinado enfoque. En ningún manual indica cómo seleccionar los elementos a destacar ni qué criterios se deben usar.
Es que el periodismo es una disciplina integral. Los y las trabajadores de prensa nos hacemos de las técnicas correspondientes a cada tipo de nota pero les imprimimos un bagaje de conocimientos, miradas, valores y posicionamientos políticos. Así, la decisión de escribir que “se levantaba todos los días al mediodia” o que “se hizo cuatro piercings”, podrían parecer detalles inocentes en otro perfil, en otro contexto.
Pero quien escribió (y quien editó y decidió publicar la nota) lo hizo en un contexto determinado. Desde el 23 de agosto que Melina Romero está desaparecida y en los últimos días el caso tomó conocimiento público dado que uno de los acusados por su asesinato confesó haber participado del crimen. Vale recordar que todo indica que el femicidio fue cometido por un grupo de varones tras su negativa a tener relaciones sexuales con el conjunto. Es decir, ya de por sí, el caso es un ejemplo de violencia de género y, de encontrarse el cuerpo y determinarse con certeza el asesinato, estaríamos frente a otro caso de femicidio, precedido por violencia sexual.
Como si eso fuera poco, a Melina la siguen bastardeando y golpeando cuando todo indica que su cuerpo yace ya sin vida. Los medios le dan palos, la acusan, la revictimizan. “No tiene rumbo” y le gusta salir. No trabaja y duerme hasta el mediodía. Palos, golpes y un nuevo femicidio, esta vez simbólico, que se comete sobre ella.
Maximiliano Montenegro en  “La vida de Melina y el periodismo sin rumbo” lo grafica a la perfección: “Desde el viernes, cuando el caso trascendió luego de 20 días y la búsqueda policial se tornó ‘seria’, los adjetivos calificativos sobre Melina fueron apareciendo y replicándose en las voces anónimas al compás de un abordaje periodístico (televisivo, radial y gráfico) que direccionó su interés en la conducta, la moral y los valores de la víctima. Todo eso, que andaba flotando aquí y allá, confluyó en la nota citada, donde alguien nos dice de manera contundente que ‘la vida de Melina no tiene rumbo’. Sin dudas, ni matices”.
Falta perspectiva de género
En Llevalo Puesto, de FM La Tribu, la periodista y psicóloga Liliana Hendel reflexionó sobre el tratamiento mediático de este caso: “De ninguna manera voy a pensar que esto se le escapó a alguien. Lo que todavía se le escapa al periodismo en los distintos medios es el machismo, la misoginia”.
Sobre la nota ya citada del diario Clarín, Hendel, que además es miembro de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVGA), la calificó como “escandalosa”. “Hablar del piercing, hablar de que ella dejó de estudiar para bolichear, más allá de que tal vez sean anécdotas reales, es victimizar a quien acaba de ser asesinada”, dijo. Y afirmó también: “Es realmente una falta de ética periodística importante y algo que se reitera en la cobertura de femicidios”.
La periodista consideró a la nota como “disciplinadora”, al de alguna forma justificar el femicidio con los detalles de la “vida sin rumbo” de la joven y querer mostrarla como ejemplo. Cuestionó también, en el mismo sentido, cómo se incorpora la idea de “familia” en el artículo: “La familia ideal existe en la cabeza de mucha gente, aunque la realidad haya demostrado con creces que no solo no existe, sino que nunca existió, porque las peores cosas para mujeres, niñas y niños han sucedido en el seno de lo familiar”. Hizo hincapié también en el abordaje de la figura del padre, que según la nota “tiene poco contacto” con Melina y sus hermanos: “Eso es abandono de menores y hay que decirlo así”.
Como Hendel reconoció, en los últimos años se ha avanzado en el tratamiento mediático con perspectiva de género, pero aún falta mucho camino por recorrer.
“Hace unos años de estos temas no podíamos hablar, no llegaban a los grandes medios. Hoy hay mucha más conciencia de que un femicidio es un hecho grave, que nadie merece ser asesinado/a, no importa cómo se vista, no importa cuanto tatuaje tenga, cuanta sustancia tóxica hubiera o no consumido. Nadie debería ser ni golpeada ni atacada. Menos por su condición de género”.
“Hasta que no se incorpore la mirada de género en el periodismo, en la academia, en las escuelas de periodismo, estamos en déficit”, planteó. Y concluyó: “Todavía se considera a este un tema de mujeres, y es un tema de derechos humanos, de democracia”.

Julia de Titto – @julitadt
http://notas.org.ar/2014/09/17/melina-romero-genero-liliana-hendel/

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Cuando el femicidio mide 30 puntos de rating


Cosecha Roja.- / 14 May 2015

“Si la mujer es un objeto puedo romperlo, cambiarlo, cortarlo, maltratarlo, esconderlo”, dijo a Cosecha RojaStella Martini, doctora en Ciencias Sociales. Desde el crimen de Chiara #NiUnaMenos circula por las redes sociales con ferocidad. Anoche Marcelo Tinelli tuiteó la consigna: tuvo más de 6 mil RT y 7 mil FAVS. Después el show continuó: cuerpos bellos, flacos, rubios, exitosos que representan el modelo de mujer ideal del siglo XXI.
En la Argentina de 2014 casi 300 mujeres fueron asesinadas por varones. Los femicidios -como el de Chiara, Melina, Daiana y Ángeles- son el último eslabón de la cultura de la violencia contra la mujer. El camino empieza cuando un tipo te mira el escote en vez de a los ojos, cuando te grita “què linda, mami” por la calle, cuando te apoya en el colectivo, cuando se te acerca tanto que te quita el espacio vital, cuando dice que una chica se embaraza para cobrar un plan, cuando te llama veinte veces al celular para controlarte. “Son maneras de ejercer un poder y no porque haya una enfermedad: hay una cultura que lo autoriza”, dijo Martini.
Esa violencia no está solamente en la intimidad del hogar o la vía pública: también mide más de 30 puntos de rating en el prime time de la televisión. En ‘el Bailando’ casi todas las participantes son flacas, tienen el cutis perfecto y las piernas sin celulitis. Pasaron horas en la peluquería, invirtieron tiempo con el personal trainner y el coach de baile y fortunas en la depilación definitiva. “Es el modelo de éxito patriarcal: mujeres bellas y deseables toda la vida que ocupan el lugar del deseo sexual. Algunas querrán hacerlo, otras no. El problema es que sea un modelo único impuesto para todas”, dijo a Cosecha Roja Vanesa Vázquez Laba, socióloga y parte del programa Contra la Violencia de Género de la Universidad de San Martín (UNSAM).
La periodista Hinde Pomeraniec escribió en Facebook: “Desde que la consigna #NiUnaMenos tomó la calle, la palabra femicidio está en las redes, en los medios, en las conversaciones. Y llegó a Tinelli, sí, también. El mismo que muestra el culo de las chicas pero cuyo programa ven millones de personas que seguramente nunca antes escucharon hablar de femicidio. El riesgo de la frivolización existe. La discusión de cómo se educa y cuál es la mejor campaña aún no está cerrada; que yo sepa nadie tiene la palabra final sobre esto”. Para ella muchos se sacan la foto sólo para figurar y otros están verdaderamente preocupados.

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“A las mujeres que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada. No puede haber nada más lindo que un piropo, por más que esté acompañado de una grosería. Que te digan qué lindo culo que tenés, está todo bien”, dijo el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri en abril del año pasado. Ayer se subió a la campaña #NiUnaMenos y publicó una carta en Facebook:
“Matar a una mujer o golpear a una mujer no es de hombre. Respetar es amar. Pensá en tu hija, en tu madre, en tu hermana. Tenemos que actuar juntos para terminar con esta epidemia de violencia contra la mujer”
Esta mañana el programa de radio de Andy Kusnetzoff empezó con los panelistas preguntándole a una chica que tenía un herpes en la boca si le había practicado sexo oral a alguien. “Yo puedo ponerla donde quiera”, dijo unos minutos después Kusnetzoff. Se refería a su habilidad para tirar una ojota, pero enseguida empezó el doble sentido, que toda la mesa festejó. Ayer publicó en Twitter su foto con la consigna #NiUnaMenos.
Para Vázquez Laba los últimos asesinatos de mujeres “sobrepasaron algunos límites de la sensibilidad social”. Por eso ahora se volvió “políticamente correcto” sumarse a una campaña que retoma reclamos históricos del feminismo sobre el trato de los cuerpos de las mujeres. Es la hipocresía hecha discurso. “Algunos sectores hacen un uso político. Tinelli es el emblema de la misoginia”, dijo la socióloga. Martini se refirió a él como “el conductor del prime time que exhibe -como máxima atracción- a mujeres con enormes pechos, labios gordos y semidesnudas”. Y a Macri como “un político de derecha atravesado por los discursos del machismo”.
“La vida cotidiana de la mujer está permanentemente condicionada por el relato violento de cómo debe ser, cómo se debe vestir, cómo debe actuar y desear. Eso organiza la subjetividad de las personas y coarta la libertad de elección. Hay que romper ese modelo, desarmarlo, desarticularlo”, dijo Vázquez Laba.
El chiste fácil sobre sexo es canchero: cortar la pollera ante las cámaras, imitar a Guillermo Francella diciendo “es una nenaaaa”, arrinconar a una mujer con preguntas sobre la intimidad ante los micrófonos. “Es una cultura violenta que está legitimada, si alguien dice algo en contra lo tildan de ‘amargo’”, dijo Martini. Y explicó que existe una una relación con la trama violenta de la cultura argentina: “no cualquier sociedad tiene tal número de mujeres asesinadas”, dijo.
Chiara Páez apareció enterrada en el patio de la casa del novio de 16, que confesó el crimen y quedó detenido. Hoy la Justicia también imputó a su mamá y su padrastro. Ni bien se conoció la noticia en los medios publicaron notas sobre el noviazgo violento y embarazo adolescente. Pero ¿por qué a una familia se le ocurre que puede matar a una chica? Para Martini no se trata de hablar de las relaciones violentas de pareja o intrafamiliares. Falta discutir la “trama de violencia contra las mujeres” legitimada en los medios de comunicación.


http://cosecharoja.org/category/noticias-de-la-semana/violencia-de-genero/
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